Nicole Nau, vivir para el tango

Manuel Bolívar Graterol

Su padres, Heinz Nau, quien es diseñador gráfico, y su madre, Ingrid Maria Tilgner, forman una base muy sólida para este sueño tan humano .En su familia existe una disposición por las artes muy populares, tal como lo demuestran excelentes panaderos, zapateros y pilotos de avión, como nos cuenta ella misma. Obtuvo el grado en diseño, como parte de una responsabilidad que asumió hasta lograr su título, pero su meta estaba mucho más allá, inclusive de los mares más cercanos. Se decidió a explorar el sur americano. Y le gusto, tanto que a partir de 1989 se queda y se dedica a estudiar la danza, el jazz, y por supuesto, lo que será su verdadera pasión. el tango. Tomó sus primeras lecciones con el gran maestro Alfredo Gurquel, primer bailarín en una prestigiosa compañía de danzas, cuyos méritos son reconocidos a nivel internacional, no sólo por su dedicación, sino también por sus aportes pedagógicos a la materia

Ella es una leyenda viviente y un mito en esto del baile. Nicole Nau tuvo un acto de mucha sinceridad consigo misma. Y una respuesta adecuada a sus ímpetus juveniles, a sus deseos y a sus emociones. La ciudad a la que arribó por vez primera, Buenos Aires, mostró todo aquello que le fascinaba y que representaba una meta para esta incansable trabajadora e investigadora del tango. Y que en pocas palabras, resulto un verdadero acto de revelación, que le sirvió desde sus prácticas iniciales en el género, para dar soltura a sus destellos de iluminada para un género que parecía tan lejano, pero que logro acercar cuando decidió establecerse en Argentina

Su vida y el baile del tango son una misma cosa, debido a que de allí proviene la armonía y la gracia expresiva, que junto a su esposo, Luís Pereyra, dejan muy en claro cuando presentan su trabajo, en lugares tan distantes como importantes. Una lista de escenarios y públicos, que incluyen a Estados Unidos, Japón, Rusia, Holanda, y muchas otras capitales del mundo. Ella recordará siempre, con mucho acento, su primer encuentro con el tango, ocurrido en su propia ciudad natal, Dusserdolf. Durante una sesión de clases de danza, escucho una pieza interpretada por la orquesta de Juan D Arienzo, que provoco una verdadera revolución en la vida de esta germana de origen, pero que ahora es argentina de corazón y de temple. Nada raro lo sucedido, Juan D Arienzo es causa de una sustanciación en el baile del tango, reconocida por los estudiosos, incluyendo al maestro Astor Piazzolla, quien le atribuyó un extraño poder a sus interpretaciones, derivadas de su “ritmo nervioso�.

Ella sabe —y en eso se basa su éxito— que el tango es un género muy complejo; como también un excelente instrumento para mostrar el alma y su sensibilidad. Tanto lo sabe, que cuando baila, lo hace como si se tratara de “una partitura espiritual�, como lo advierte ella misma. Su trabajo, muy reconocido y aceptado por el publico, la condujo a serias reflexiones sobre la materia, que culminan en interesantes análisis acerca del baile mismo, tomando muy en cuenta el ritmo y la fuerza, la música y el desprendimiento.

Debe, a su constancia y comprensión del tango, la suma de muchos reconocimientos; entre tantos, la elaboración de un sello postal con su imagen, por decisión del Gobierno argentino. Sus giras anuales, junto a su esposo, Luís Pereyra, han contribuido, de buena manera a una mayor difusión de una nueva y palpitante afición por el tango, ahora con muchos fanáticos en clubes de Alemania, Suecia, Finlandia y Noruega. Por citar tan solo un breve ejemplo. Y aún, pese a su inmensa ocupación por su trabajo y sus compromisos, le queda tiempo para escribir sus libros sobre la materia.

Nicole Nau tomó una sabia decisión a temprana edad: seguir el impulso de su corazón. Sin embargo, aún recuerda detalles de su ciudad natal; el verde camino junto al río Rhin, la espesura de aquellos árboles donde descubrió, a través de la lectura, a muchos escritores, entre ellos a Imre Kertész, un autor húngaro, que junto a Julia Frank, comparte sus favoritos, y en cuyas obras se habla del destino. Algo que Nicole supo trazar desde muy joven. Claro, también cuentan sus padres, su esposo y su mejor amigo, Luis Pereyra, y todos aquellos que valoraron su esfuerzo por dar rienda suelta al ritmo enérgico de la vida, que en pocas palabras, no es otra cosa que el tango mismo; un fenómeno que no es propiedad exclusiva de la tristeza; sino que tiene una poderosa carga de alegría, y sabe compensar a quienes se funden en este arte tan prodigioso, tan renovable y tan humano.

En la grabación del Programa Argentinisima de Julio Marbiz, aqui juntos a su hijo Martin Marbiz. También presente el gran compositor e interprete Mario Alvaréz Quiroga.