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Buenos Aires recupera el mítico y tanguero Café de los Angelitos

El tradicional Café de los Angelitos, uno de los iconos del viejo Buenos Aires, que entre otros frecuentó Carlos Gardel, reabre sus puertas este miércoles después de 15 años cerrado, con un perfil tanguero y unos precios que parecen querer captar el turismo extranjero.

Imagen de una mesa de un café tomada el 3 de septiembre de 2002 en Buenos Aires.

Mesa en un café de buenos aires

Además del mítico cantante de tangos, figuras como el escritor José Ingenieros o los políticos socialistas Juan B. Justo y Alfredo Palacios, fueron algunos de los comensales que hicieron famoso a ese tradicional café de la capital argentina. Tras una fiesta de reinauguración este martes con la presencia de personajes de la cultura y el tango, el café reabrirá el miércoles al público sus imponentes puertas de madera lustrada.

Centro de reunión durante un siglo antes de cerrarse en 1993, este bar emplazado sobre la hoy muy transitada avenida Rivadavia, tiene un tango dedicado, compuesto en 1945 por Cátulo Castillo y José Razzano, quien formó un dúo con Gardel.

'Café de los Angelitos/ Bar de Gabino y Cazón/ Yo te alegré con mis gritos/en los tiempos de Carlitos/ por Rivadavia y Rincón/ ¿Tras de qué sueños volaron?/ ¿En qué estrellas andarán?/ Las voces que ayer llegaron/ y pasaron y callaron,/ ¿dónde están?/ ¿Por qué calles volverán?', decía el tango, como un presagio.

Fundado en 1890 por el italiano Batista Fazio, se llamó primero Bar Rivadavia y fue un reducto de gente de mal vivir, que un comisario de policía de la zona llamaba irónicamente 'angelitos', sin imaginar que bautizaría a uno de los más populares cafés de Buenos Aires, según la revista Club de Tango. Antes de pasar en 1919 a manos de Ángel Salgueiro, fue allí donde el jefe artístico de la discográfica Odeón contrató en 1917 a Gardel y Razzano, que grabó 'Cantar eterno' y 'El sol del 25', según testigos de la época.

El café, emplazado a 400 metros del Congreso argentino, se fue llenando de políticos y pensadores, pero con el tiempo se convirtió en un lugar de almuerzo de oficinistas que sólo recobraba cierto brillo tanguero por las noches. Pero, a partir del cierre, el Café de los Angelitos fue demolido y quedó como una esquina vacía escondida tras una gran tapia.

Durante 15 años, el intento de transformarlo en un emprendimiento inmobiliario con rédito económico fue resistida por vecinos que pelearon por su recuperación. 'Acá hubo gente, la mayoría jubilados, que se reunía periódicamente frente a las puertas, para bailar y cantar tangos, una manera de reclamar la recuperación de ese lugar histórico. Lástima que esa gente, ahora, no podrá pagarse un mísero café', dijo a la AFP José Gómez, vecino del lugar.

En realidad, un café costará 3,50 pesos (1,12 dólares), precio medio en los bares porteños, pero lo que estará fuera del alcance del bolsillo local es la cena con espectáculo de tango: 250 pesos (81 dólares) por persona. El Café de los Angelitos, con su espacio para 500 personas, se sumará al 'boom' del tango, cuyas cifras están en permanente crecimiento.

El tango representó para Buenos Aires en 2006 ingresos por 405 millones de pesos, un 80% de los cuales corresponde a turistas, y movilizó a 3,5 millones de personas, según datos oficiales. El año pasado, unos 900.000 extranjeros asistieron a un espectáculo de tango y generaron 45 millones de dólares, de los cuales unos 15.000 llegaron a Buenos Aires con un tour especializado en tango para ocupar las 4.920 plazas disponibles hasta ahora en tanguerías, según la Cámara de Casas de Tango.