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TEXT Buscan salvar la demolicion del Cafe de los Angelitos

Date: Lunes, Juno 18 2007
Topic: Archiv 2007

PROYECTO DE LEY

Buscan salvar de la demolición al Café de los Angelitos

Quieren expropiarlo · Y declararlo de interés público · Para que funcione el Museo del Tango · O una peña del tango

Amenazado por la piqueta, con sus paredes descascaradas que ahora sólo sirven para pegar afiches de propaganda , el Café de los Angelitos bajó sus persianas hace cuatro años. Desde entonces, es sólo un viejo edificio que espera su destrucción. Ni la Municipalidad ni la Secretaría de Cultura de la Nación se han interesado por preservar esta esquina con historia, que inspiró a Cátulo Castillo uno de sus poemas más nostálgicos.

Pero no todo está perdido: el diputado Alfredo Bravo, del Frepaso, reactivará en el Congreso dos proyectos de ley que fueron presentados en 1994 por los ex diputados Juan Octavio Gauna, de la UCR, y Alberto Balestrini, del PJ. En su iniciativa Gauna pide que se declare de "utilidad pública y sujeto a expropiación el inmueble ubicado en Rivadavia y Rincón", con el fin de que allí funcione el Museo Nacional del Tango. El ex legislador radical precisa, además, que los gastos que demande el cumplimiento de esta ley se imputarán a Rentas Generales de la Nación.

Parroquianos famosos

En su proyecto, Balestrini también pide que el inmueble se declare de interés público y "sujeto a expropiación". Pero a diferencia de Gauna, el ex diputado peronista solicita que en la esquina de Rivadavia y Rincón funcione una "peña permanente del tango", bajo jurisdicción de la Municipalidad de Buenos Aires.

Convencido de que en la Argentina "no existe una política cultural", Alfredo Bravo dice que va a insistir con estos proyectos, que desde hace dos años yacen olvidados en los archivos de Diputados.

" Yo entré por primera vez a ese café en 1942. Era un pibe de 17 años; me llevaron unos dirigentes socialistas de La Casa del Pueblo", memora Bravo. Y rescata una anécdota:" La Casa del Pueblo, que estaba ubicada a cincuenta metros de Rivadavia y Rincón , fue inaugurada el 23 de enero de 1927. Esa noche hubo una cena popular, donde se comió desde tallarines a la bolognesa hasta pollo al spiedo. Como era tradición entre los socialistas, sólo se tomó agua. Claro que después de la cena, un grupo numeroso se fue al Café de los Angelitos y se tomó todo el vino que había".

Alfredo Palacios y Juan B. Justo fueron habitués de ese mítico boliche abierto en 1890 por el tano Batista Fazio, pero que recién en 1919, comprado por el gallego Angel Salgueiro, empezó a ser conocido como Café de los Angelitos. La leyenda cuenta que cierto comisario de Balvanera fue quien bautizó al café con ese nombre. Al parecer, el comisario solía decirles a sus hombres:" Vamos, muchachos, a ver si nadie se salió de la vaina en el Café de esos angelitos...". Los "angelitos" eran malandras, claro; pero de poca monta. El local, más allá de esos parroquianos con sombreros y mirada torva, se hizo célebre por sus trovadores, como el mulato Gabino Ezeiza, José Betinotti e Higinio Cazón.

Por supuesto, por allí también pasaron Carlos Gardel y José Razzano. " Gardel solía aparecer después de las dos de la mañana; a veces lo hacía acompañado por una hermosa francesa que lo estimaba entrañablemente", escribe Jorge A. Bossio en su libro "Los cafés de Buenos Aires".
Pero esas madrugadas ya son historia.









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